Defiende tu Fe: Mantente Firme como Católico

Defiende tu Fe: Mantente Firme como Católico

Defiende tu Fe: Mantente Firme como Católico

La Iglesia Católica, fundada hace más de 2,000 años, tiene su origen en Jesucristo, quien estableció su Iglesia sobre Pedro, el primer papa. Desde entonces, ha sido un faro de luz en un mundo oscuro, enfrentando ataques de falsos profetas y del demonio, tal como lo profetizó Jesús:

"Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18).

La Verdad Inmutable de Cristo

Jesús advirtió que nuestra fe sería probada y que la Iglesia enfrentaría persecuciones, pero también nos dejó una promesa inquebrantable: la Iglesia permanecerá hasta el fin de los tiempos. No existe una iglesia cristiana más antigua que la Iglesia Católica. Esta es la única fundada por Jesucristo y mencionada en la Biblia. Las demás iglesias que surgieron lo hicieron como consecuencia de divisiones humanas, no por mandato divino. Estas iglesias fueron establecidas por hombres, mientras que la Iglesia Católica tiene su origen en el Hijo de Dios.

Gracias a la Iglesia Católica, el Nuevo Testamento fue preservado y transmitido al mundo. Sin esta labor incansable, ninguna otra denominación cristiana tendría la Palabra de Dios como base.

Cuidado con los Falsos Profetas

La Biblia nos advierte claramente:

"Si aun nosotros o un ángel del cielo os predicara un evangelio distinto del que os hemos predicado, sea anatema" (Gálatas 1:8).

Jesús también nos alertó:

"Estad alerta, pues vuestro enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8).

No te dejes engañar por doctrinas que prometen caminos más fáciles o modernos. La verdad de Cristo es inmutable:

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).

La Biblia también nos recuerda:

"Maldito el hombre que confía en el hombre, que pone su confianza en los mortales y aparta su corazón del Señor" (Jeremías 17:5).

Es un llamado a no poner nuestra fe en doctrinas o figuras humanas que desvían el camino de la verdadera Iglesia.

Nuestra Lucha No es Contra Carne

El apóstol Pablo nos recuerda que nuestra batalla es espiritual:

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12).

Por eso, debemos revestirnos con la armadura de Dios: fe, oración, la Palabra y el ayuno.

El Poder Transformador del Ayuno

El ayuno no es solo un acto de sacrificio; es una poderosa arma espiritual. Antes de enfrentar grandes desafíos, líderes bíblicos como Moisés y Jesucristo dedicaron 40 días al ayuno:

  • Moisés: Ayunó 40 días y 40 noches en el monte Sinaí mientras recibía la Ley de Dios (Éxodo 34:28).
  • Jesucristo: Antes de comenzar su ministerio público, ayunó 40 días en el desierto para fortalecer su espíritu y resistir la tentación (Mateo 4:2).

Jesús también enseñó que hay situaciones que solo pueden superarse con oración y ayuno:

"Este género no sale sino con oración y ayuno" (Mateo 17:21).

El ejemplo de Ruth también nos inspira: ella y su pueblo ayunaron durante tres días antes de hablar con el rey para salvar a su pueblo (Ester 4:16).

El ayuno es una herramienta esencial para resistir al enemigo, buscar la dirección divina y renovar nuestra fe.

Levántate y Defiende la Iglesia

Como católico, tienes el deber de ser un defensor activo de la fe. Jesús nos llama a ser luz:

"Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder" (Mateo 5:14).

Aunque la Iglesia ha enfrentado traiciones y escándalos, su esencia divina permanece intacta. Jesús prometió:

"Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).

Sé Profeta, Rey y Sacerdote

A través del bautismo, somos llamados a ser profetas, reyes y sacerdotes (1 Pedro 2:9). Esto implica:

  1. Vivir la Palabra: Conocer la Biblia y aplicarla en nuestra vida diaria.
  2. Corregir con amor: Si ves errores en la Iglesia, actúa con oración y respeto.
  3. Defender la fe: Sé valiente al proclamar la verdad con amor y paciencia.
  4. Practicar el ayuno: Este acto fortalece el espíritu y nos prepara para las batallas espirituales.

Conclusión

La Iglesia Católica es la única fundada por Jesucristo y mencionada en la Biblia. Su misión de preservar y transmitir el Evangelio al mundo es inigualable.

Como dice San Pablo:

"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Timoteo 4:7).

Ahora es tu turno de defender esta fe, porque la promesa de Cristo es segura: nada prevalecerá contra su Iglesia.


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